Ignacio del Río. La libertad

Ignacio del Río (Burgos, 1936), es un creador de enorme talento para la pintura, dotado de unas cualidades de excepción que sobrepasan cualquier análisis superficial. Aprendiz en las Academia artísticas de Burgos en su juventud, su ida a París a los 17 años transfiguró su aprendizaje en un camino hacia la libertad creativa, que nunca abandonó. Captador de la realidad con el único filtro de su mirada aguda y profunda, la transmite a la obra con pureza y gran naturalidad, poco apegado a la transcendencia de su resultado, atento fundamentalmente a la pasión creativa.

Sus obras, en las que refleja el cuerpo humano, la esencia y la soledad del campo y la ciudad castellana, la naturaleza viva y la nieve revitalizadora, las marinas sosegadas, las flores de vibrantes colores, la estética de la fiesta taurina, las trepidantes actitudes de los gallos de pelea, los retratos de notable ejecución y maestría, ocupan lugar destacado en las pinacotecas de los coleccionistas por su vitalidad y su policromía.