Juan Ruiz Carcedo, 2021

En los albores de la Edad Moderna tuvo lugar la mayor revolución geográfica de la Historia. Así, entre 1480 y 1522, se realizó lo esencial de los grandes descubrimientos y de los grandes encuentros intercontinentales. El mundo se definió como un conjunto de mares y tierras conectados entre sí y se globalizaron las relaciones comerciales, sociales y humanas. Nuevos pueblos, nuevos territorios y nuevos mercados. Hechos que suponen el mayor cambio que el hombre había hecho en el conocimiento del mundo hasta ese momento. En ese final del siglo XV y los inicios del siglo XVI coincide en la Península Ibérica el tiempo del rey Juan II de Portugal y su sucesor Manuel I con el tiempo de los reyes Católicos, Isabel y Fernando y del emperador Carlos V, impulsores de las expediciones más importantes por el ancho mundo: el descubrimiento de América, la expansión colonizadora de África, la llegada a los grandes mercados internacionales de India y Asia, y la primera circunnavegación al mundo.

Una de las gestas más singulares de la época de los descubrimientos fue, sin duda, ésta, la llevada a cabo por un puñado de esforzados navegantes españoles que partiendo del puerto de Sevilla en 1519 en busca de una nueva ruta hacia las Islas de las Especias, volvió al cabo de tres años dando la primera vuelta al mundo. Como reconocería Elcano al emperador Carlos a su llegada a Sanlúcar de Barrameda en septiembre de 1522, “…lo que en mas avemos de estimar es que hemos descubierto e redondeado toda la redondez del mundo yendo por el occidente e viniendo por el oriente”. Hazañas como ésta estaban cambiando el mundo y permitieron que el hombre lograra una correcta percepción de la Tierra.

Conocidos son los nombres de aquellos intrépidos capitanes, Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, embarcados en una aventura sin precedentes, pero lo que se desconoce es que, a su lado, y para que aquella expedición fuera posible hubo otros hombres vinculados a nuestra tierra que jugaron un papel no menos importante en los preparativos y posterior desarrollo de la empresa y cuyos nombres quedan desvanecidos entre las brumas de la Historia.

Espigando en los archivos del tiempo aparecen los nombres de los burgaleses Cristóbal de Haro y su hermano Diego, ricos mercaderes de Burgos que apoyaron la propuesta de Magallanes ante el joven monarca Carlos I y financiaron parte de la expedición con la compra de los barcos para la armada. Juan de Aranda, factor de la Casa de la Contratación de Sevilla que hábilmente supo dirigir los pasos de los expedicionarios a la Corte, Sancho de Matienzo, canónigo de la catedral hispalense y tesorero de la Casa de la Contratación, burgalés del Valle de Mena. Gonzalo Gómez de Espinosa, alguacil mayor de la armada, natural de Espinosa de los Monteros, Juan de Cartagena, “cavaleiro de Burgos”, capitán de la nao San Antonio; el obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca, alma de la colonización del Nuevo Mundo, como encargado por los reyes de los asuntos de Indias…

Por todo ello, la Diputación Provincial de Burgos ha querido publicar este breve, aunque acertado estudio, como homenaje a aquellos burgaleses que participaron junto a Magallanes y a Elcano en la gesta de la primera Vuelta al Mundo, ahora que se cumplen los 500 años del viaje, para que sus nombres sean rescatados del olvido -á veces tan injusto- de la Historia.

Detalles de la publicación

Editorial:
Diputación Provincial de Burgos
Materia:
Historia
ISBN:
978-84-16617-22-7
P.V.P.:
15.00€